Por eso el sábado fuimos a cenar a un restaurante nuevo y muy curioso que nos gustó mucho a todos.Es una casa grande, con muchas habitaciones y en cada una hay una mesa con sillas y sofás. Así que si vas a cenar, en lugar de estar todos los clientes juntos en la misma sala, cada uno tiene su propia habitación donde cenar tranquilo y reírse con sus amigos.
Después fuimos un rato a casa de Paula y sus compañeras de piso y luego salimos. Y a las 6 ya de vuelta a casa.
El domingo teníamos pensados varios planes "especiales" por mi cumple como ir al Jardín Japonés, o al
Malba(Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires), a la Feria del Libro, al cine... pero al final nos levantamos tarde y no hubo jardín japonés ni Malba. En la Feria del Libro nos dijeron que de lunes a viernes es gratis para estudiantes, así que... queda pospuesto para esta semana y en el cine...a las películas que queríamos ya no llegábamos. Vamos, que de lo planeado, nada.
Al final fuimos al centro comercial que está cerca de casa, dimos una vuelta, compramos unos pasteles, me compré el nuevo libro de Carlos Ruiz Zafón y a la hora de cenar pasamos a comprar Sushi.
Con lo cual, se puede decir que el día terminó "la mar de bien".
Emilio me improvisó toda una señora vela para que soplara y pidiera un deseo. Era la única que había en el piso... espero que el cumplimiento del deseo vaya proporcionado al tamaño de la vela, jeje.
Y estas son las zapatillas que me he regalado por mi cumple. Calentitas para ahora que llega el frío (y muy bonitas).
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